jueves, 20 de junio de 2013

Tú y yo no somos "nosotros"

Escribo cuando todo va muy bien, o cuando todo va fatal.
Escribo cuando nada alivia.
Escribo cuando la ausencia de tu mano sobre la mía se acerca.
Escribo para dejar de pensarlo, para dejar ir tus ojos a otros ojos, tu alma a otro lugar, tu mente a otro pensamiento.
Escribo para recordarme no volver a tropezar, para olvidar el tabaco en tus labios, mi sonrisa reflejada en tus ojos, tu sonrisa en los de ella.
Escribo para olvidar quien es la madre de tus hijos, escribo precisamente por no serlo yo. Escribo porque los fracasos duelen.
Escribo porque no hay mejor sitio para mis dedos que en estas letras, harta de arañarme, de golpear mi subconsciente una y otra vez, escribo porque esto es una nueva derrota.
Brindo por mi caída y brindo por las rodillas intactas del resto; brindo por la estupidez humana de seguir un dictamen, lo establecido, lo políticamente correcto en vez de lo que claman sus entrañas. Brindo en cambio por lo deshumanizada que estoy, por mi miseria y mi falta de escrúpulos, mi instinto al que sigo a pies juntillas, mi carnalidad.
Odio al amor y a los que dicen tenerlo. Odio sus jaulas, sus escaparates de fin de semana y la mediocridad del resto de días.
Odio ser conocedora de que no tengo reglas en el amor, ni una sola, y eso me aterra. Odio mi libre albedrío, mi anarquía sentimental, mi altruismo amoroso. Odio dejarme llevar, odio enamorarme. Odio que todo valga, odio quererte, odio ofrendarte y odio que tu camino sea impuesto, y no por ti. Te odio por no ser más yo.

Me odio por no ser más tú.


Cristina González